Encabezado Alejandro

«El primer manuscrito que terminé estaba lleno de mentiras.»

Alejandro Ruiz-Huerta

–Me ha dicho tu padre que haces teatro.

–Sí, me picó el bicho hace algún tiempo y mira.

–Pero dejaste la enseñanza y todo.

–Sí, sí, me dio bastante fuerte.

 

Conocí a Alejandro Ruiz-Huerta en la feria de abril. Su mujer y la de mi padre son buenas amigas, y las dos parejas han empezado a frecuentarse hace algunos meses. Hoy tienen comida en mi caseta y he pasado a tomar una jarra de rebujito con ellos.

 

–Pues yo tengo la idea de hacer algo escénico con mi experiencia.

–¿Qué tienes en mente?

–No sé, algo musical, creo. Yo canto en un coro, ¿sabes?

–Ah, mira, qué interesante. ¿Pero tu idea es salir o…?

–No, no lo tengo claro. Es un poco vago lo que tengo. No es un proyecto todavía.

–A mí se me ocurre que tu historia podría ser una buena obra de teatro.

–¿Pero con canciones?

–Hombre, un musical no es lo que me imagino así de primeras, pero sí que irían bien canciones de la época. Si quieres lo hablamos más tranquilamente.

–Claro, tengo que ir pronto a Madrid para una reunión con la Fundación.

–Pues estupendo, nos vemos allí y ponemos en común nuestras visiones, a ver qué sale.

–Brindo por ello.

–Salud.

 

Yo entonces no sabía prácticamente nada sobre los abogados de Atocha. Mi padre alguna vez me había hablado de Alejandro y había mencionado que era uno de los supervivientes, y quizá en esa ocasión consulté brevemente la wikipedia para ver de qué iba todo, pero nada más.

 

Para el encuentro en Madrid voy algo mejor documentado. Me sorprende y me avergüenza a partes iguales no conocer hasta este momento los detalles de una historia tan importante.

 

–¿Qué tal ha ido el acto?

–Bien, un poco cansado, porque ayer vine de Salamanca, y el sábado tengo que estar en Gijón.

–Sí que estás solicitado.

–Sí, estos meses son siempre así. Ten en cuenta que ya solo quedo yo.

–Sí, lo sé. Debe ser agotador.

–Lo es, pero no puedo dejar de hacerlo.

–No, claro.

 

Alejandro encadena homenajes, charlas y mesas redondas. No solo sobre el atentado, también acerca de Derecho, Memoria Histórica y, últimamente, Ética Compasiva.

 

–¿Y eso en qué consiste?

–Bueno, en poner la empatía por encima del rencor y la revancha.

–¿Tú no guardas rencor a los asesinos?

–No. Yo creo en el sistema de Derecho que nos dimos.

 

He lanzado la pregunta con cierto reparo, pero pronto compruebo que no hay necesidad. Alejandro viene dispuesto a hablar, y ya tiene el tema muy bien elaborado.

 

–Fueron años de terapia. Yo antes ni siquiera podía sentarme de espaldas a la puerta.

–¿Y eso por qué?

–Porque estaba de espaldas cuando entraron en el despacho.

–¿Y cómo lo superaste?

–No lo he superado. Sigo medicándome. El daño psicológico es irreversible. Pero he aprendido a vivir con ello.

–Entiendo. Eso que dices tiene mucha fuerza, ¿sabes? Fuerza escénica, me refiero.

–¿Ah, sí?

–Sí. Tu historia es muy potente. La verdad, lo del musical no lo veo en absoluto, pero si a ti te parece bien, puedo escribir una obra de teatro que puede resultar interesante.

–Sí, sí que me parece bien. ¿Cómo empezamos?

–Ya hemos empezado.

 

Portada apaisada

Comments :

  • Carmen

    Guauuuu Javi, da mucho que pensar en lo que dices.
    Si tú, con la conciencia social que te rodea no conocías «lo de Atocha»…
    Qué hemos hecho los que teníamos la responsabilidad de contarlo?
    Muchas historias se han quedado en el tintero….. Hay que sacarlas y el teatro es un buen canal.

    26 octubre 2020
    /
    14:09
  • Juan M. Batalloso

    Qué inmensa alegría me das que estes empleando Tiempo, Talego, Talento y Trabajo (Ley de lss 4 T del cambio personal y social) en la Memoria Historica y Democrática. Gracias. Muchisimas gracias querido.

    26 octubre 2020
    /
    22:23
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